Ciudad de México, 8 de noviembre de 2024.-La Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) de la Ciudad de México ha anunciado nuevos ajustes en las cuotas para talleres, visitas guiadas, cursos y otras actividades en la Zona de Conservación Ecológica “La Loma”, en su compromiso por preservar este espacio natural y mejorar la organización de las actividades recreativas en el Área Natural Protegida (ANP).
Conforme a la publicación en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México el pasado 24 de octubre, los costos ajustados incluyen un pago simbólico de **15 pesos por persona para los talleres de educación ambiental**. Las visitas guiadas, limitadas a 25 personas, tendrán un costo de **20 pesos por persona**, mientras que las tarifas para los cursos de formación y capacitación (hasta 20 personas) y los cursos de verano (30 asistentes) serán de **160 y 165 pesos**, respectivamente.
Además, la Gaceta detalla las tarifas para otras actividades en “La Loma”. Para grabaciones con fines comerciales, el costo por hora será de **2,300 pesos**, mientras que las sesiones fotográficas con fines comerciales se han establecido en **530 pesos** y **260 pesos** para tomas sociales. También se incluye la renta de la cancha de básquetbol, cuyo precio será de **200 pesos** por hora.
**Regulación para un equilibrio ecológico**
De acuerdo con la Dirección General del Sistema de Áreas Naturales Protegidas y Áreas de Valor Ambiental (DGSANPAVA), estos recursos permitirán gestionar y controlar mejor las actividades en el ANP, previniendo los efectos negativos que las actividades desordenadas han causado en el pasado tanto en el ambiente como en la experiencia de los visitantes. La DGSANPAVA enfatizó que estas medidas no solo ayudarán a conservar “La Loma” como un espacio de biodiversidad, sino también a proteger los servicios ecosistémicos que brinda, como el almacenamiento de carbono, la captación de agua y el mantenimiento de la flora y fauna locales.
Este ajuste en las cuotas representa una iniciativa para asegurar la sostenibilidad de “La Loma” como refugio natural, permitiendo que la comunidad pueda disfrutar del espacio de manera responsable y contribuyendo a su preservación para futuras generaciones.