Por Juan Pablo Ojeda
Las elecciones del 5 de noviembre se perfilan como una de las contiendas más reñidas de la historia reciente de Estados Unidos, con Kamala Harris y Donald Trump empatados en las encuestas. Según el agregador de encuestas Five Thirty Eight, Harris lidera ligeramente el voto popular con un 48% frente al 46.9% de Trump, lo que representa una ventaja de 1.1 puntos.
A pesar de esta ligera ventaja en el voto popular, el sistema electoral estadounidense, basado en el Colegio Electoral, permite que un candidato pueda ganar la presidencia incluso si pierde el voto popular. Con 538 compromisarios en juego, la atención se centra en siete estados considerados “bisagra”: Georgia, Carolina del Norte, Wisconsin, Míchigan, Pensilvania, Nevada y Arizona.
Estos estados son cruciales, y ambas campañas han intensificado sus esfuerzos allí. Harris dedicará su día a Pensilvania, realizando mítines en ciudades como Scranton y Filadelfia, acompañada por artistas de renombre como Lady Gaga y Ricky Martin. Por su parte, Trump estará en Carolina del Norte y Míchigan, realizando varias paradas, incluida una en Pittsburgh.
En los últimos días, las encuestas muestran que Harris lidera en Wisconsin y Míchigan por márgenes estrechos, mientras que Trump tiene ventaja en Carolina del Norte, Georgia y Arizona. Los resultados en Pensilvania y Nevada son inciertos, con ambos candidatos empatados y una ligera inclinación hacia Trump en las últimas semanas.
Con la incertidumbre en el aire y la cercanía de las elecciones, la atención está centrada en estos estados críticos que decidirán el rumbo del país. La dinámica entre los candidatos y su estrategia en estos territorios clave será fundamental en las próximas horas.