Por Juan Pablo Ojeda
Más de 600 desarrolladores de software y personal de soporte técnico de The New York Times se declararon en huelga este lunes, justo un día antes de las cruciales elecciones presidenciales y de medio término en Estados Unidos. La decisión, anunciada por el propio periódico, fue impulsada por el sindicato Times Tech Guild, que representa también a analistas de datos.
La huelga comenzó tras intensas negociaciones que culminaron el domingo sin un acuerdo satisfactorio. Los trabajadores buscan implementar cláusulas que les protejan contra despidos injustificados, así como un aumento salarial y políticas de igualdad en la remuneración. Según el sindicato, la propuesta de la empresa de un incremento anual del 2.5% y del 5% para ascensos resulta insuficiente.
We are on ULP strike. We gave @nytimes management months of notice of our strike deadline, we made ourselves available around the clock, but the company has decided that our members aren’t worth enough to agree to a fair contract and stop committing unfair labor practices. pic.twitter.com/jYlANW1ruw
— New York Times Tech Guild (@NYTGuildTech) November 4, 2024
Kathy Zhang, presidenta del gremio, comentó: “No nos han dejado otra opción que demostrar el poder de nuestro trabajo en los piquetes. Estamos dispuestos a negociar y lograr un buen contrato”. La protesta se llevará a cabo diariamente frente a la sede del periódico a partir de las 9:00 h locales.
Además, el Times Tech Guild ha presentado denuncias por prácticas laborales desleales ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales. Estas quejas surgen a raíz de órdenes de regresar a la oficina después de la pandemia y presiones por parte de la empresa en relación con la huelga.
Este conflicto laboral se suma a un contexto complicado para The New York Times, que ya había enfrentado críticas y protestas. En noviembre de 2023, la sede del periódico fue vandalizada por manifestantes propalestinos que acusaron a la publicación de ser pro-Israel en el conflicto con Hamás, afectando su reputación.
Las dificultades se reflejan también en el crecimiento de suscriptores digitales, que fue de 260,000, por debajo de las 300,000 esperadas en un periodo crítico para los medios de comunicación. Como resultado, las acciones de la compañía cayeron un 6.7% en la bolsa.