Por Juan Pablo Ojeda
Claudia Sheinbaum Pardo, primera mujer en ocupar la presidencia de México, enfrenta un panorama complicado marcado por la violencia y una controvertida reforma judicial. Desde su asunción al cargo, la inseguridad se ha convertido en un tema central, especialmente en los estados de Chiapas y Sinaloa, donde los conflictos delictivos han alcanzado niveles alarmantes.
Aumento de la Violencia en Chiapas y Sinaloa
El reciente asesinato del padre Marcelo Pérez, un sacerdote conocido por su labor humanitaria en Chiapas, ha puesto de relieve la creciente inseguridad en esta región fronteriza con Guatemala. A pesar de haber recibido amenazas previas, su muerte el 19 de octubre simboliza el clima de violencia que asola a la zona, donde grupos criminales luchan por el control territorial.
En Sinaloa, la situación es igualmente grave. Los enfrentamientos entre los hijos de Joaquín «Chapo» Guzmán y los seguidores de Ismael «Mayo» Zambada se han intensificado desde la captura de este último en julio. Desde entonces, cientos de personas han perdido la vida, generando un ambiente de temor que dificulta la vida cotidiana y afecta gravemente las economías locales.
En respuesta a esta crisis, Sheinbaum ha desplegado a su secretario de seguridad, Omar García Harfuch, y ha incrementado la presencia militar en las regiones afectadas. Sin embargo, algunos expertos consideran que estas acciones podrían ser insuficientes ante la magnitud del problema.
Polémica Reforma Judicial
La reforma judicial, impulsada por la administración de Andrés Manuel López Obrador y continuada por Sheinbaum, ha sido objeto de intensas críticas. Aprobada en septiembre, esta reforma establece la elección popular de jueces y magistrados, lo que ha desatado la oposición de los trabajadores del Poder Judicial, quienes han iniciado un paro laboral prolongado.
Con más de 13,000 casos judiciales en espera debido a esta paralización, la presidenta ha enfrentado críticas por la situación, especialmente por los salarios que siguen recibiendo los trabajadores mientras no cumplen con sus funciones. Ante esto, los jueces han comenzado a organizar intervenciones mediáticas para expresar sus preocupaciones sobre la reforma, advirtiendo que podría poner en riesgo la independencia del poder judicial.
La renuncia de la presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, junto a otros siete ministros, ha intensificado la crisis y evidenciado la pugna entre la presidenta y los líderes del Poder Judicial. Aunque la reforma ha sido aprobada, su implementación efectiva aún enfrenta desafíos legales y resistencia.
Continuidad en la Comunicación
A pesar de estos desafíos, Sheinbaum ha decidido mantener las conferencias matutinas, conocidas como “mañaneras”, un legado de la administración anterior. Estas sesiones se han utilizado para abordar temas relevantes y responder a las inquietudes ciudadanas, marcando la agenda pública.
Aunque ha adaptado el formato a un estilo más directo y conciso, la presión sobre la presidenta para abordar la violencia y las controversias surgidas de la reforma judicial durante estas conferencias será un indicador clave de la aprobación de su gobierno.