Las redes sociales han revolucionado la forma en que nos comunicamos, y han creado un nuevo espacio para la participación y consulta ciudadana. Estas plataformas digitales han modificado la frecuencia y la forma en que los seres humanos se comunican, originando una forma distinta de participación ciudadana.
Las redes sociales no solo son una herramienta para hablar con nuestros conocidos, sino que sirven para llegar a gente a la que antes no podíamos llegar, a empresas grandes y pequeñas, colectivos, administraciones públicas o políticos. Y no solo a nivel local, sino también a nivel global.
Las tecnologías digitales facilitan que individuos y colectivos puedan relacionarse y compartir opiniones de una manera exponencial, pero, sobre todo, democrática.
Las redes sociales han alentado a la ciudadanía para que se sienta partícipe de las ciudades o pueblos, algo que se había perdido.
Las redes sociales han originado una nueva manera de organización y participación ciudadana en la que los ciudadanos tienen no solo el derecho a ser informados, sino también derecho a ser partícipes del discurso público.
Las instituciones europeas pueden utilizar las redes sociales como herramientas de consulta ciudadana, permitiendo un diálogo crítico e interactivo, que permita construir y encontrarse con el otro, de tal forma que se establezcan espacios de vinculación pública entre ciudadanos y gobierno.
Las redes sociales no son un canal más de comunicación o relación sino algo cualitativamente diferente debido a la bidireccionalidad y la inmediatez, que permite al ciudadano o al funcionario interactuar de manera directa.
En resumen, las redes sociales se han convertido en una nueva plaza pública donde todos pueden participar y ser escuchados. Son una herramienta poderosa para la consulta ciudadana y la participación democrática.