Esta proporción equivale a cerca de 1.5 millones de personas (1.5 por ciento de la población de 15 años y más).

 

La Intersexualidad es un término que agrupa distintas variaciones congénitas (anatómicas y fisiológicas) en las características sexuales, que difieren de las definiciones médicas y las concepciones de lo masculino y femenino.

 

Tener una variación en las características sexuales no implica que las personas intersexuales tengan orientaciones sexuales o identidades de género no normativas. De hecho, cerca de nueve de cada 10 personas intersex expresaron ser heterosexuales (siente gusto o atracción hacia personas de otro género) y cisgénero (su identidad de género es la misma que su sexo asignado al nacer).

 

Debido a la discriminación estructural, las personas intersexuales se encuentran expuestas a violaciones a sus derechos fundamentales, que van desde intervenciones médicas no consentidas para normalizar los cuerpos intersex según patrones del binarismo sexual –que pueden tener graves e irreparables daños para las personas– y barreras para obtener un certificado o acta de nacimiento, hasta experiencias de estigmatización, discriminación y violencia.

 

Además, una de cada tres personas intersex experimentó insultos burlas u ofensas durante la infancia, 10.2 puntos porcentuales más que la población no intersexual (33 frente a 22.8 por ciento). En la adolescencia el porcentaje fue 22.4, 8.8 puntos mayor que la declaración de quienes no son intersexuales (13.7 por ciento).

 

Una de cada cinco personas intersexuales declaró haber sido discriminada por al menos un motivo durante el año previo al levantamiento de la encuesta (21.8 por ciento frente a 13.7 por ciento entre la población no intersexual). Asimismo, 30 por ciento de las personas intersex reportan la negación injustificada de al menos un derecho (10 puntos porcentuales más que la población no intersexual, con 20.9 por ciento).

 

Estas cifras indican que existe una urgente necesidad de adoptar medidas legislativas y de política pública, desde un enfoque de derechos humanos, para eliminar las prácticas discriminatorias que enfrentan las personas intersexuales en ámbitos como la atención médica, educación, empleo, deportes y acceso a servicios públicos.

 

Un paso importante en ese sentido es su visibilidad estadística para conocer cuántas son, dónde están, cómo son y cómo son sus condiciones de vida y experiencias de discriminación, por eso la importancia de la Endiseg que fue realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), proyecto al que el Conapredcontribuyó con acompañamiento conceptual y metodológico.

 

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