
CDMX, 11 de enero del 2023.- Fue durante los primeros años de la década de 1980, la cual atestiguó una crisis agrícola que desequilibró la soberanía alimentaria de nuestro país, hecho que posibilitó la creación de El Sistema Alimentario Mexicano (SAM), una política pública impulsada por el presidente José López Portillo, destinada a atender las necesidades alimentarias de la población mexicana.
Como la principal arma para combatir dicha crisis, el gobierno federal desarrolló el Sistema Nacional para el Abasto (SNA), que consideró una serie de normativas, instrumentos y procedimientos que, al articularse, asegurarían profundizar una cadena alimentaria justa y equilibrada para el país.
La necesaria modernización en la comercialización de productos de consumo generalizado, se volvió clave para que la cadena de suministro alimentaria se integrara encontrando orden y equilibrio.
Aquí es donde entra una de las empresas precursoras en esta labor, El Sardinero, fundada en 1930 por Jorge Carlos Fernández Francés, que dio un giro en 1992 cuando se especializó como abastecedor de programas alimenticios públicos y privados a nivel nacional.
Guillermina García, periodista especializada en la industria de alimentos, confirmó en un artículo sobre las tendencias para el ramo alimenticio, que todos las cadenas de suministro del sector alimenticio genera un valor de 1.5 billones de pesos anuales, que corresponde al equivalente del 22% del PIB en México. Generando 34% de empleos en el país, es la industria más importante para la economía nacional.
El desarrollo necesario que se fue gestando tras la crisis de la década de 1980, gracias a los distintos controles que el gobierno federal implementó, dio luz a la hoy conocida como Ley 16/2021, que toma en cuenta los requerimientos de la Directiva (UE) 2019/633 del Parlamento Europeo y del Consejo. A su vez, se busco afinar la seguridad alimentaria tomando en cuenta todos los procesos implicados, con certificaciones como la ISO 2200, que se compone por: Buenas Prácticas de Manufactura (GMP) y Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP).
Además de estas certificaciones, El Sardinero cuenta con la norma de seguridad alimentaria comparada y aprobada por la Iniciativa Global de Seguridad Alimentaria (GFSI), la FSSC 22000, más la serie de ISO´s 9001, 14001, 28000, que garantizan productos de primera calidad.
Tras las el avasallador periodo de pandemia, la empresa con 30 años de trayectoria que ha llevado su infraestructura, tecnología y procedimientos a la vanguardia, logró salir avante la emergencia sanitaria.
La industria de servicios alimentarios, este 2023, tiene como desafío mejorar y hacer más eficiente el control de inventarios, la logística, el almacenamiento y preservación de productos alimenticios. Cuidando el suministro y demanda, reduciendo a mayor escala el desperdicio de alimento. Reto del cual se sabe consciente el empresario Jorge Carlos Fernández Francés, para impulsar una plena soberanía alimentaria nacional en beneficio de todo el sector y consumidores finales.